28 de agosto de 2010

Y así se suceden las cosas

Y el día antes tirada en la cama con los ojos como un búho te dices "no, no va a pasar, sería demasiado". Tras dos horas de insomnio en las cuales no dejas de darle vueltas a la cabeza te despiertas. Pasa la mañana. Lenta. Tranquila. Relajada. Solo suena el teléfono una vez. Y es ella. Contabas con esa llamada... y con muchas más. O con un frío e-mail. Pero no llegan. Es la hora. Recuerdas esas horas de insomnio la noche anterior y el "no, no va a pasar, sería demasiado" retumba en tu cabeza. Si. Si ha pasado. Es demasiado. Ya no queda nada por lo que luchar. Tus fuerzas y tus ganas han detonado en una explosión que no genera ira... sino depleción. Que es el peor mal que puede existir en una unidad. Y deseas con todas tus fuerzas que sea la última vez que tengas que vivir ese momento en lo que te queda de vida scout. Es mucho. Demasiado. Es triste.