7 de febrero de 2011

Te hiero mucho

Despertarte de repente, con el cuerpo dolorido y la luz del sol. Abrir los ojos y darte cuenta de que lo último vivido fue en sueños, no en realidad. Me duele el cuerpo y muchas más cosas. Me duele despertar después de casi un mes y sentirme tan vacía que ni si quiera el recuerdo de nuestro ultimo encuentro me llene a medias. Me duele haber aguantado tanto tiempo con el escudo en alto, desviando y esquivando los sentimientos de dependencia hacía ti. Me duele no haberme dado cuenta de que el ultimo mes no era yo, si no otra, la que hablaba contigo. Me duele estar aquí sentada, masticando todo esto, y pensando que tú, a tan solo unos cientos de kilómetros, sabías todo esto desde el principio. Me duele ser la mitad de la ecuación que siempre piensa de manera individual. Me duele ser tan poco receptiva. Me duele ser tan huraña. Me duele y me cabrea que la Clara del pasado no piense en la Clara del futuro.
Ahora, después de un mes separada de ti, siento que todo ese tiempo he vivido una historia que no era la mía porque no era la nuestra. Soñar contigo así, de esa manera, me ha demostrado que el tiempo ha sido demasiado, y que no quiero estar más así.
Te echo tanto de menos...