29 de julio de 2011

M.5

Era domingo, y contra todo pronóstico, hacia sol. Echaba de menos lo que dejó atrás, asi que se dio un paseo hasta el London Eye. Cuando el cielo de Londres estaba azul, completamente azul, le gustaba sentarse en un banco al otro lado del río y contemplar esa fotografía en vivo. En ese momento solía acordarse de él, como si hubiera sido ayer cuando se sorprendió con aquella imagen. Cada domingo de sol, ella se sentaba allí y se prometía que algún día verían juntos esa fotografía en vivo, sentados el uno junto al otro.

London Eye, Londres.