Puedo empezar a comerme la cabeza intentado averiguar que hecho puntual me ha empujado a volver aquí. No creo que sea un echo en concreto, sino personas en particular, o un poco de las dos cuestiones.
Hoy pasé una hora entera de pie en la calle, eran pasadas las siete de la tarde y en Valladolid, a esas horas, ya es de noche. Hacía frío. El tiempo pasó volando. Me encontraba a gusto con ella, hablando de la universidad y de lo que queríamos ser de mayores, y por primera vez me pareció ver #elveranodelamuerte desde lejos, como una historia pasada y terminada. Como algo que ya no tenía que ver nada conmigo. Bendigo momentos como estos, en los que alguna fuerza invisible me empuja a seguir hablando, a pesar del frío polar de esta ciudad.
Hoy tomé café cerca de una universidad con una persona que rescaté del pasado, y que ultimamente no me está dando ninguna razón para arrepentirme de ello. De sobra se sabe, que cuando se intenta recuperar alguna historia del pasado, no suele salir bien. Pero si leemos la letra pequeña, nos daremos cuenta de que ni todas las historias ni todas las personas son las mismas. Creo que necesitaba algo así, recuperar algo perdido, recuperar a una persona interesante y volver a conocerla. Han pasado muchos años desde la ultima vez que fuimos amigos, nos han pasado muchas cosas que ninguno sabemos, y es divertido. Es como conocer a alguien nuevo pero sin serlo. Tampoco sabría como explicarlo.
No me apetece analizar nada más, pero hay más. Hay más razones, más hechos puntuales y mas personas. Me están empezando a salir datos, fechas y caras mientras escribo todo esto. Solamente me voy a quedar con la esencia. La esencia de este cambio. El porque de este impulso, la razón. Necesitaba urgentemente algo nuevo. Busco en cada persona conocida, en cada acción cotidiana, algo nuevo. Poco a poco lo estoy encontrando, y no pierdo la esperanza. He vuelto para quedarme (eso dije a primeros de Octubre, espero que esta vez no caiga en saco roto).
El otoño no es para todos |