21 de febrero de 2011

BCN llora la pérdida

Anoche me picaba un poco la espalda. La zona esa tan inaccesible con los brazos. La zona esa en la que tienes que hacer contorsionismo para poder rascar un poquito. Eso hice. Me quise morir. Jamás había tenido agujetas en los brazos después de un concierto. Hecho que corrobora, pasadas dos noches, que lo del sábado fue inhumano.
Mientras tanto, en alguna clínica Catalana, Santi se encuentra postrado en una cama acordándose de todas las madres de los pucelanos lesbianos. Que dura es la vida del artista. Ahora Barcelona se quedará sin conciertos, y no estoy triste. Por una vez Valladolid sale en las noticias y no gracias al hijoputa que tenemos de alcalde.
Que se aguanten, están todo día de conciertos.