10 de octubre de 2011

Las energías que aparecen a los treina minutos son las que solucionan el problema

El método perfecto consistía en:

1. Recoger el sobre tranquilamente, guardarlo y llevarlo a casa contigo sin hacerle el menor caso...

2. Esperar media hora exacta, sin pensar en el, sin dedicarle un solo segundo. Y cuando hubiera pasado exactamente media hora...
3. Ir a un lugar tranquilo y abrirlo. Esa media hora es el tiempo que necesita tu cuerpo para tranquilizarse y tu mente para serenarse; es como si toda tu ansiedad desapareciese. Y lo mejor de todo es que cuando reacciones, tras haber visto los resultados, estos son media hora mas viejos. Son como una noticia antigua y eso les resta fuerza y te da poder.
[...]
Muchas veces recibo un e-mail y sé que es importante; veo como llega a mi buzón de entrada, pero no lo abro; lo miro, aun esta en negrita, y no lo abro. Espero treinta minutos, me relajo, dejo que las ansias cambien y luego lo abro.

"El mundo amarillo. Albert Espinosa."

Sigo aquí, esperando un e-mail que no debería llegar jamás. Podría irme a la cama, tranquila y segura de mi misma, de mi trabajo. Pero no, aquí sigo. Deseando que no llegue a mi bandeja de entrada. La incertidumbre me está matando.

Me torturo psicológicamente, a mi misma. Soy un poco así, de autolesionarme, sobretodo por tonterías. Una parte de mi, es consciente de que me estoy haciendo daño sin justificación razonable ni aparente, pero otras tantas, son incapaces de dejarlo pasar sin pena y angustia.