1 de mayo de 2012

Me mata de envidia toda esa gente que puede hablar contigo de todo y de nada. Y yo estoy aquí... exiliada... vetada... lejos de todas esas conversaciones que no podemos tener. Echándote de menos a morir. Echando de menos esas noches en Valladolid en las que no importaba donde, solo importábamos nosotros, tu caña y mi clara. Nos han robado, nos han robado todos esos momentos que no tuvimos tiempo de recuperar. Estoy hablando de ti, si, de ti. Se que entras, lees y te buscas en lo que escribo. Sé que nunca estás seguro de si hablo de ti. Esta vez no lo dudes... este post es para ti. Te echo de menos y perdóname, porque a veces parece que no estoy, pero estoy. Te lo prometo.