30 de diciembre de 2012

2012, hasta nunca.

Quería cerrar el año con un balance, de esos que me gustan (o gustaban) a mi. De esos de escribir y escribir y agradecer y recordar.
Se me acaba este año, EL AÑO. El año del cambio, el año de "haz las maletas y vete", el año de "da un giro a tu vida", el año de aprende a la fuerza, el año de la independencia, el año que marcó un final y, de seguido,  marcó un principio. Se me acaba este increíble, maravilloso e inolvidable año. 
Me han pasado infinidad de cosas. Buenas, malas, raras, incomprensibles, alucinantes e inesperadas. He conocido a mucha, mucha gente. Gente que se cruza en tu camino y seguramente no lo haga de nuevo jamás, pero gente importante por el hecho de compartir experiencias irrepetibles contigo. Gente que ha resultado ser indispensable, gente que te hace preguntarte "como es que pude yo vivir todo este tiempo sin tener conocimiento de tu existencia?". Esa gente, esa es la que más pesa. 
Hace un año estaba aquí sentada, en esta misma silla, tecleando frente a esta pantalla. Todo está como lo dejé, parece que en esta habitación se hubiera congelado el tiempo. Todo es igual y yo me siento taaan diferente. 
He aprendido tanto, tanto. He soñado tanto, tanto. He sentido tanto, tanto. Lo escribo en pasado, aunque debería hacerlo en presente. Aprendo cada día, sueño cada noche y siento cada segundo que pasa. Lo siento todo mucho más. Siento que puedo hacer lo que quiera, siento que puedo querer a quien quiera, siento que tengo las riendas de mi vida y que puedo encaminarme donde sea, siento que puedo equivocarme y siento que puedo acertar.
Ha sido un año irrepetible, un año que jamás olvidaré y que recordaré hasta los restos. No me da pena que se acabe, solo quiero que llegue el 2013. Tengo muchos planes, muchos futuros, y los quiero vivir YA. Tengo una lista muy larga de cosas por hacer y de experiencias por vivir.  
Ya no quiero hablar del pasado porque ya no pienso en el. He seguido adelante, he pasado página y la Clara que hace un año escribía el balance del 2011 ya no existe. 
Gracias a todos aquellos que vivieron conmigo este año. Gracias a aquellos que superaron la prueba de la distancia y han estado a mi lado a pesar de los cientos de kilómetros que nos separan. Gracias a aquellos que aparecieron en la isla, en Yorkshire y en Birmingham... mereció la pena salir de casa para encontrarme con vosotros en esta fría isla. Gracias a ti por aparecer a última hora, sin previo aviso. Gracias por hacerme sentir como en casa, por hacerme sonreír y por hacerme pensar en el futuro. 
Os quiero a todos en mi 2013, que ahora si... es el año en el que por fin encontraré un trabajo de lo mio (me late que si...). 
Y ya termino, pero no sin antes pedirle algo al año que entra. Quiero salud (de la buena), trabajo (de lo mío) y amor (que me quede como esté o mucho más).

Feliz año nuevo.