28 de noviembre de 2010

Hoy: Reseña del disco

Por que ya ha sido publicada. Y mañana la crónica del concierto que fue brutal. Ya os contaré detalles escabrosos.
Espero que esto que vais a leer a continuacion os anime a compraros el disco, o al menos a escucharlo.

"Miss Caffeina, y ya está, porque no les gustan las etiquetas. Cinco músicos que llevan cinco años recorriéndose España sin haber grabado un disco, tan solo 3 EP`s (¿y te parece poco?). Ellos se lo han guisado y se lo han comido. Si están aquí es gracias a su ímpetu y sus ganas de crecer. Su fuerte son los escenarios y las redes sociales. No les puedes encasillar porque no caben en ningún sitio. “Imposibilidad del Fenómeno” es el resultado de sumar tablas en los escenarios, música realista, complicidad con sus seguidores y fuerza de voluntad. Son realistas y se merecen estar a la cabeza del panorama musical español. Hablan de cosas que nos pasan a todos de una manera sencilla, para que tú las entiendas y las puedas hacer tuyas. Están alcanzando las pequeñas metas que se van proponiendo, quizás sea hora de subir el listón.

Empiezan con “Capitán”, que es su primer single, y dice más de lo que en la primera escucha puedes percibir. Si has visto el vídeo (http://www.youtube.com/watch?v=mX54tprc_i8) sabes de lo que te estoy hablando. Es un tema valiente, un tema desnudo, con los sentimientos a ras de piel. Lo que cuenta te deja sin aliento. Te hace pensar, te hacer ser consciente de una dura, pero cada vez más cierta, realidad. Dicen los entendidos que es el tema más oscuro del disco, yo no entiendo, yo siento… y son valientes.

Le sigue la canción que da título al disco. “Ley de imposibilidad del fenómeno”, y a veces (mas veces que menos), es imposible cantar lo que pasa, pero ellos lo hacen. Hablan de lo imposible de la manera más sencilla. Es un ejemplo de cómo se puede hablar de muchas cosas sin decir nada, todo es relativo y se enreda y si no prestas atención a lo que dice te perderás en un mar de metáforas. No es imposible relatar una historia imposible… ¿no les has escuchado?

“Cabaret” quizás sea una crítica, quizás sea un guiño divertido. A mí no para de recordarme a sus comentarios jocosos sobre las etiquetas y los estilos que les intentan colocar. No son nuevos aquí, se divierten con lo que ven y escuchan. Es un tema divertido y sarcástico, pero aquel que se sienta identificado u ofendido le va a escocer un poco. El mundo de la farándula, tal y como lo conocemos, es así de picante.

El orden de las canciones es caprichoso y tras las fuerza de “Cabaret” nos sumergen en “N=3”, un tema que duele. Un tema con el que la mayoría de nosotros nos hemos dado de bruces en más de una ocasión. Y lo tratan. Lo hablan. Lo cantan, y les da igual la vergüenza o el afán que en estas situaciones nos entra por guardar a buen recaudo nuestros sentimientos. Lo ponen sobre la mesa, se arman de valor y dicen “yo ya no te quiero querer más”. Suena suave y tranquilo. Tal y como te quedas tras haberte desahogado. Así visto, no es una historia que suene tan triste. Pero te da rabia, porque para ellos es tan fácil…

Por fin llega “Mecánica espiral”, otro giro radical a golpe de baquetas que explotan en el estribillo, casi gritando. Casi pidiendo a voces un poquito de atención. Con esta canción pisan terreno amigo. No es nueva, pero esa es la sensación que te queda cada vez que la cantan. Juegan con la voz de Alberto y Sergio, con la siempre presente batería de Román, y con los sonidos punteros de las guitarras de Álvaro y Tonino. Mecánica espiral son los cinco Caffeina y tú que la sientes.

Llegas a la pista 6 y empieza a sonar “Mi rutina preferida”, y esta canción habla de algo tan bonito que por momentos te puede llegar a empalagar. El final es tan monosilábico que dan ganas de tararearlo. Sencilla y directa. Y sobre todo pastelosa. Es una de las mejores canciones de “Magnética”, su último EP, y gusta, y ellos lo saben. Escucharla aquí es un regalo, porque es tan equilibrada que gusta sin querer.

Se acaban esos acordes suaves y llega “La guerra”. Probablemente mi canción favorita del disco. Es tan distinta al resto que te deja con ganas de más. Te deja con unas ganas tremendas de escucharla en directo, ganas de escuchar esa voz nasal, esos golpes, esos ritmos, esos cambios. Es la canción más cañera del disco y los sentimientos salen bruscamente como sonidos guturales.

Y después de La guerra llega la calma, en “Lisboa”. Lo sabes porque cuando escuchas el disco por primera vez es la única canción que se te queda grabada. Es la manera más sencilla de expresar ese sentimiento que te invade cuando te das cuenta de que lo único que merece la pena lo tiene esa persona, y lo dicen y lo relatan de manera tan sencilla y con tanta naturalidad que te cabrea. Suena tan insultantemente bien que tienes la certeza de que cuando suenen los primeros acordes en el concierto, va a ser un momento tan especial que no querrás que acabe nunca.

“Ley de Gravitación Universal” fue uno de los platos fuertes de “Magnética” y no podía quedarse fuera de “Imposibilidad del Fenómeno”. Su sonido es característico y desde el segundo cero te dan ganas de cantar con él. Habla de la gravedad o de la falta de ella cuando no necesitas más que sentirte parte de alguien. Es un paseo por un sonido sencillo y pegadizo.

Y ahora sientes que “N=1” no es más que una jarrazo de agua fría. La aguja que pincha tu burbuja. La cruda, y aunque odiemos, más que común realidad. Tratan el tema con la frialdad que es aconsejable para esos momentos de insoportable soledad. Suena a pinchazos y a jarrazos de agua. Pero de nuevo vuelven a dar en el clavo. Vuelven a transmitir con su música esos momentos y sentimientos tan cotidianos. ¿Cómo lo hacen? Ellos dicen que les sale así… No se puede pedir más cuando te dan todo.

Y todo esto se acaba con “Perfecto”. Un solo de guitarra y una parsimonia que recuerdan a “Caleidosférico”. Una letra dolorosa para quien la tiene que escuchar y muy densa para quien la tiene que cantar. Lo mejor del tema es apreciar como arrastran las silabas por las estrofas, como si las tuvieran que masticar para que no sonaran tan duras. Es el broche final. Lo es porque solo suena Caffeina durante los últimos minutos. Es el sonido que precede al silencio del final. La traca que anuncia que por este disco ya es más que suficiente.

Pero esto solo es cierto en parte. Si este disco fuera de vinilo solo habría que darle la vuelta y volver a empezar. Así una y otra vez. Estoy segura de que lo rallarías antes de que te cansaras de escucharlo."


¿Y bien?