6 de abril de 2011

Arrivederci

Han tenido que pasar 9 años para que vuelva a Italia. Nueve largos años. Tiré la moneda en la Fontana Di Trevi, y eso que dicen, se cumplió. Ni el momento ni las circunstancias son las mismas. Pisé Italia con 15 años, con mis padres, durante el Erasmus de mi hermana en Roma. Voy a cumplir 24 allí, con mis amigas, durante el Erasmus de Paloma y Esther. Las piedras seguirán como hace 9 años, las vistas quizás se hayan modificado, con el paso del tiempo. Estar allí, plantada frente al Coliseo, pensando que hace montones y montones de años, la gente entraba y salía como si tal cosa. Imaginarme las obras de construcción de todas esas iglesias, teatros, foros... Imaginarme a los ingenieros dibujando a mano, sin AutoCAD, sin cascos, con andamios rudimentarios, sin arneses... ¿No es alucinante? ¿No es increíble como en aquella época se hacían maravillosos edificios apenas con nada? ¿Por qué no somos capaces ahora de construir de la misma manera?
Mañana miraré embobada la Basílica de San Pablo y recorreré con la mirada las arcadas del Coliseo. Mañana me tomaré un helado en la Piazza Navona, con ellas, y disfrutaré del momento como si no hubiera un mañana.