- Hola, ¿qué tal?
Se giró y vio que un chico sonriente le estaba tendiendo la mano.
- Me llamo Jude.
Era moreno, de tez color chocolate, y hablaba un pésimo castellano. Le devolvió la sonrisa y se presentó.
Se llamaba Jude, era de una ciudad del norte, imposible de recordar. Se había mudado a Londres para buscar trabajo. Diseñador gráfico, o eso fue lo que ella entendió.
- ¿Me puedes enseñar a mejorar mi español?
Se notaba que había memorizado la frase concienzudamente.